Cada día nos bombardean con cosas raras, lenguajes demasiado nuevos, incluso lenguajes irónicos.
No soy un académico de la lengua para referirme a ese tema, pero si me ha quedado claro que a la gente se le debe hablar un lenguaje sin rodeos.
Creo que le parecerá interesante analizar cómo Dios puede estar tan cerca de la política de nuestro mundo, entiéndase como organización de ciudades (de las polis griegas)... Si citara cómo ha sido la historia en el medio oriente quizá incluso encontraríamos elementos bastante admirables (entiéndase historia de Canaán).
De todos modos, se deja establecido su uso público, que sea bien usado basta para mi tranquilidad.
Enfoques del poder
Resulta ilógico pensar en una sociedad no gobernada por “alguien”. Lo digo así ya que ese alguien puede ser un ente solamente o un grupo de individuos con un ideal similar. El tema del gobierno aparece desde la creación, digámoslo así: la organización del planeta es una característica inherente del ser humano. Ahora bien, que el humano haya logrado un orden o que todavía discuta sobre temas grotescamente visibles, es “harina de otro costal”.
Lo que resulta extraño e inexplicable es cómo el humano ha llevado el tema gubernamental a fines buenos y malos, con consecuencias catastróficas o con sistemas de gobierno admirables (aunque luego de un tiempo éstos fracasaren). Al tratar de explicarlo surgen diversos puntos de vista y, además, un “volver a definir” ciertas palabras insertadas en la psiquis social. Foucault trata de hacerlo y en su ensayo trata de enmarcar aspectos sociales históricos del poder, definiciones psicológicas, aspectos gobernantes hoy en día y un análisis que en lo personal creo que es superficial.
Hay que decirlo: el humano (o el sujeto) trata de explicarse a sí mismo (como si fuera una introspección) y no logra ver su gran parecido a través del tiempo. En un documento se explica el porqué se castigaba a los gobernantes corruptos: por odio al bien y amor al mal . Esto mismo ocurre hoy en día, pero se trata de tapar el mal con apariencias, pero eso no lo hace diferente al pasado. Los gobernantes, al igual que personas de eminencia (no necesariamente políticos) tratan temas de extremo cuidado, incluso vitales, de manera simple y sin miedo a las consecuencias. Yo he aprendido que cada decisión, sea buena o mala, trae consecuencia; parece que ellos no han comprendido esto.
El problema está en el enfoque a las prioridades que posee la gente que ejerce el poder. No hay decisión entre aumentar el sueldo mínimo o aumentar las pensiones de los adultos mayores; resulta más fácil realizar una política igualitaria falsa (que deja más descontentos que contentos) que aplicar lo radical, por el bien de la gente y, porqué no, de la continuidad del gobierno.
El miedo a decir la verdad
Foucault cita: “El poder es más una cuestión de gobierno que una confrontación entre dos adversarios o la unión de uno a otro”. Veo (y leo) con asombro cómo el hombre no entiende una máxima que dijo un Maestro al cual admiro mucho:
“Los reyes de las naciones oprimen a sus súbditos, y los que ejercen autoridad sobre ellos se llaman a sí mismos benefactores. No sea así entre ustedes. Al contrario, el mayor debe comportarse como el menor, y el que manda como el que sirve. Porque, ¿quién es más importante, el que está a la mesa o el que sirve?¿No lo es el que está sentado a la mesa?”
El poder no es un asunto de gobierno, es una forma de orden con el fin de la fraternidad en el humano. Posee un fin, es estructurar pero de manera favorable. Foucault no se involucra con alguna tendencia en cuanto al ejercicio del poder, creo que tuvo miedo en hacerlo. ¿Tenía temor del qué dirán de sus contemporáneos?
Creo que eso es lo que ha estancado a la sociedad en ciertos aspectos, el temor a lo nuevo ha llevado a cometer crímenes espantosos, aunque por otra parte ha sido favorable. Me refiero al carácter revolucionario. Revolución como un término de ejercer influencia de manera intensa en un período corto de tiempo, rompiendo con esquemas que ponían una barrera en la humanidad.
Es por revolución que Hitler ejerció el poder en Alemania (aunque resulta contradictoria su elección democrática). El transformó el pensamiento alemán y lo llevó al antisemitismo. ¿Favorable? No. ¿Consecuencias? Seis millones de judíos muertos y una corriente nazi que sigue hoy en día: Hitler sigue en la psiquis humana, para algunos como un asesino, otros, como un héroe.
Por fuerza y revolución (aunque sea contradictorio esto para un comunista), Augusto Pinochet ascendió al poder. Es verdad, no fue democrático, pero ejerció una influencia tan grande en la sociedad chilena que hasta hoy en día divide (ojalá que esto algún día se sane y el perdón sea más grande) al país en dos posturas. ¿Bueno o malo? Juzgue usted. Progreso o detenidos desaparecidos. Solución a la falta de alimento o dineros en el banco Riggs.
En la película “El Experimento” el reo 77 ejercía influencia de manera de impacientar a los gendarmes, sabiendo que era un juego, pero provocando la ira de éstos. Por otra parte el gendarme Berus ejerce una soberbia represión contra los reos, aplicando el “régimen del terror” para hacerse respetar. Los dos protagonistas y el grupo que lideran cada uno acarrearon las consecuencias: el experimento termina con muertos y el cargo de conciencia invade a todos.
Una crítica respecto a la película dice: “El experimento sirve para plantearnos con alarma lo apropiado o no de que determinadas personas ejerzan su autoridad, ya sea desde detrás de un escritorio o arma en mano, y cómo precisamente, los mejores perros guardianes, los que consiguen someter y mantener el control, son individuos sin reparos de ninguna clase, mientras que los peores carceleros, los más blandos (Bosch en la película), son sujetos capaces de compasión y empatía con los desfavorecidos”
Gracias a estos ejemplos puedo graficar de manera didáctica el camino que el hombre ha elegido para ejercer el poder y la corriente colectiva que ejercen. La crítica da a entender la necesidad del hombre de ejercer control de una manera armada o política. Cada persona en este mundo sabe algo en común, ¿o acaso usted no relaciona los ejemplos anteriormente mencionados? Tienen como línea el mal ejemplo de la influencia.
Una mirada interior
Liderazgo es influencia, es la capacidad de una persona de influir a otras para que sigan su guía . Foucault dice que conducir es al mismo tiempo liderar y luego dice algo clave, que creo que lo escribió por casualidad, ya que no desarrolló la idea: “El ejercicio del poder consiste en guiar la posibilidad de conducta…” ¿Qué conductas? ¿Acaso todos nos comportamos igual? Por eso es que Foucault tuvo miedo. No quiso decir que el hombre, luego de un análisis histórico y absolutamente objetivo, posee una tendencia a influenciar de mala forma y acarrear consecuencias que pudo haberse ahorrado.
Bernard Montgomery, un líder militar, decía que un líder era una persona que tenía un carácter que inspiraba confianza. Claro está que los líderes mundiales hacen esto, pero la pregunta es si el carácter es superficial, del momento, que de repente puede sucumbir ante un imprevisto; o si realmente poseen una personalidad y una fortaleza de carácter capaz de revolucionar verdaderamente.
Como decía, Augusto Pinochet puede ser juzgado por su actuar del momento o puede juzgarse objetivamente luego de algunos años, observando los asesinatos realizados o los dineros mal utilizados.
La dualidad del poder
No quiero que usted se quede con una imagen tan mala del ser humano. Éste puede ejercer influencia positiva o una llamada revolución auténtica.
A ninguna persona se le hubiese ocurrido decir que ame a su enemigo. Jesús lo hizo, y fue hombre. Tiene miles de seguidores los cuales deben continuar su legado de amor (al menos eso es lo que debiesen hacer). ¿Negativo? Por ningún lado encuentro que esto sea negativo, aunque tenga que amar a mi suegra, aunque deba perdonar a aquel que me hizo daño. La personalidad y las cosas que Jesús realizó dieron a entender un modo de acción diferente, una influencia revolucionaria positiva, una fortaleza de carácter verdadera, sin tapujos. Esta personalidad lleva a seguirle como un líder, un ejemplo de influencia. Es un ente sólido, el cual no he visto parecido en algún lado.
Foucault llama de muy mala forma una técnica de poder: Poder pastoral. Creo que no sabe lo que es un pastor, no sabe que él es una forma de influencia que sólo es positiva. Le pregunto a usted, ¿permitiría que su oveja preferida se cayera a un pozo? Creo que no. Foucault no puede decir entonces que el poder pastoral es una fuerza individualizante. Si esa oveja preferida hubiese sido la que daba de mamar al grupo, ¿acaso no veo la necesidad inminente de salvar la oveja para el bien del grupo? ¡Por supuesto! El poder debe ser enfocado a las necesidades grupales, al amor entre la gente.
¿Amor?¿Poder?¿Qué tienen que ver?
A través del tiempo y de la historia podemos revisar aspectos, como antes mencioné, que se repiten. El patrón humano existe: no pensar en las consecuencias y errar en las prioridades.
La necesidad del sujeto por ser amado y respetado, para así no corromper el principio de libertad tatuado desde el inicio de la vida humana, ha llevado a modos de acción y políticas de poder en las sociedades. Foucault no lo nombró, quizá suena “cursi”. Cada uno de nosotros necesita más que libertad y respeto, amor. No quiero ser subjetivo, pero el amor es el que lleva al hombre a corromper la sociedad o transformarla en un paraíso. Lo que marca la diferencia es en donde se deposita el amor. El poder mal ejercido es meramente una reacción que traía consigo previamente una acción: ambición. La palabra ambición viene de una palabra latina que quiere decir “hacer campaña para la promoción” . Esto es, ser aprobado socialmente, ser reconocido y popular, para luego gozar del poder que viene acompañado con el dinero y la autoridad. En resumidas cuentas, el poder es amor a la autoridad, si está basado en una ambición que no es honorable, que no posee un fin adecuado ni acorde con la sociedad.
El amor bien encauzado puede crear una revolución en todo aspecto, si me comienzo a preocupar más de la gente que del dinero, me daré cuenta que las consecuencias que esto traerá no serán trágicas; si no tengo odio interno por situaciones equis que no tienen importancia, no causaré guerras. Puede sonar simple, utópico, comunista, como quiera llamarlo; pero estoy seguro que algo no cambiará: la naturaleza del hombre nunca podrá descubrir el amor si no lo experimenta, el amor no se goza de la injusticia, se goza de la verdad .
Pd: No es necesario que ud conozca a Foucault para entender esto, espero volver a analizar el carácter del Servidor y su influencia... según lo que viene a futuro... el que lee entiende...
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